Informe: El avance militar extranjero sobre Argentina

La presencia de bases militares, enclaves operativos, contingentes encubiertos y agentes de inteligencia extranjeros, avanza y se consolida de manera alarmante en nuestro país. Este proceso tuvo su aval y complicidad en el régimen anterior, pero hoy encuentra en el gobierno macrista su máxima expresión y su más firme aliado y promotor.

Sin tapujos, el presidente Macri saluda la próxima instalación de bases estadounidenses en Misiones y Tierra del Fuego, pacta con los usurpadores británicos, entrega potestades excepcionales a China, y hace un acuerdo estratégico con Israel.

Nunca antes la soberanía nacional e integridad territorial de la Argentina estuvieron tan en peligro como hasta ahora.

Este informe nos brinda de manera precisa y cruda un panorama del alarmante cuadro de situación que atraviesa nuestra nación. Despertemos.

BASES MILITARES CHINAS EN NEUQUEN Y SAN JUAN

Mauricio Macri es un mandatario llamativamente propenso a tener como socios a regimenes criminales y autoritarios. No sólo es aliado de Israel, sino que también resulta ser socio comercial de la dictadura comunista china. Tal como se explicó ampliamente en el informe “Neocolonialismo chino: Argentina en peligro” publicado en la edición número 4 de Bandera, el Grupo Macri es la puerta de entrada de los chinos a Latinoamérica, y Franco Macri es Consejero Senior de la tiranía asiática para las inversiones en la región, poseyendo incluso unas lujosas oficinas en el corazón del distrito bursátil de Beijing.

La relación de China con nuestro país creció de la mano del kirchnerismo y del macrismo, que mostraron una singular sintonía en favorecer la recepción de inmigración e inversiones de aquella nación. En 2015 Cristina Kirchner rubricó 15 convenios en Beijing, los cuales el Prof. Darío Coria, Secretario de Educación y Cultura de Bandera Vecinal, no dudó en calificar como los“nuevos estatutos de coloniaje del siglo XXI”, equiparándolos por sus términos y condiciones claudicantes a los firmados a principios del siglo XX con Inglaterra, que se conocen popularmente como “Pacto Roca-Runciman”.

Dentro de los citados convenios, se incluyó casi subrepticiamente la construcción de dos bases “astronómicas” en territorio argentino. La primera ya está instalada en la provincia de Neuquen, en la localidad de Bajada del Agrio, dentro de un predio de 200 hectáreas que fue cedido en comodato por Argentina por 50 años, y fue edificada por la corporación militar “China Satellite Launch and Tracking Control General” (CLTC), dependiente del Departamento General de Armamentos del Ejercito Popular de Liberación de China. Expertos de la Comisión Nacional Aeroespacial (CONAE) dieron cuenta de que no es una base científica, como alegan las autoridades de ambos países, sino que es una base de uso bélico destinada a emitir e interferir comunicaciones, y que tiene capacidad para controlar satélites, drones e incluso misiles intercontinentales.

La otra base era prácticamente un secreto, hasta que los diarios de San Juan dieron la novedad: en el mes de abril, China comenzó a acelerar la creación de otra de sus plataformas en esa provincia. Esgrimiendo los acuerdos de Beijing, la dictadura más grande del mundo aseguró que ya tiene los derechos para colocar una nueva estacion de “observación astronómica”. El diario Perfil fue el único medio porteño que dio cuenta del asunto, e indicó que la canciller Susana Malcorra intentó disuadir, sin éxito, a los asiáticos de la iniciativa. Asimismo, remarcó que distintos especialistas ya advirtieron que el nuevo énclave tendría como verdadera finalidad el operar como base antimisiles. El macrismo es consciente de las nefastas consecuencias de estas operaciones, pero privilegia los negocios privados de la familia presidencial por sobre los intereses de la defensa de nuestra soberanía nacional.

En un reportaje publicado por el diario Clarín, el doctor John Hickman, investigador en temas de política espacial del Colegio Berry de los Estados Unidos, opinó: “Los programas civiles y militares en cada una de las potencias espaciales están vinculados, pero en ninguna tanto como en China. Toda instalación espacial china es efectivamente una instalación militar. La estrategia geopolítica china incluye esfuerzo para atraer aliados subordinados, y la cooperación en el espacio es parte de esa búsqueda”.

El Dr. Alejandro César Biondini (h), abogado y apoderado de Bandera Vecinal, brindó el 13 de mayo pasado una conferencia en Casa Patria sobre el problema del neocolonialismo chino en la región, y respecto a estas bases advirtió: “La base neuquina y la sanjuanina estarán interconectadas. La primera servirá para hacer operaciones de espionaje y probablemente de control de ataques en un futuro; mientras la sanjuanina es su escudo protector, ya que en algún momento otras potencias o la propia Argentina pueden reaccionar, y los chinos tienen que crear rápidamente una salvaguarda”. Asimismo, agregó: “También hay que observar con preocupación a la oleada de inmigración china que está llegando, que es directamente controlada por la mafia, por La Tríada. El 90% de los inmigrantes provienen de la provincia de Fujian, que es la sede de la Sociedad del Cielo y la Tierra, uno de los clanes más peligrosos de La Tríada. Y es esta Sociedad la que financió la revolución comunista, además de ser tan poderosa que maneja el único partido político legal fuera del PCCh, el Zhi Gong Party. El régimen chino no es aliado de La Tríada, el régimen chino es un mascarón de proa de La Tríada, y tiene sus ojos puestos en Argentina”.

El presidente Mauricio Macri ahora va por más. Antes de la cumbre del G20 pautada para septiembre, planea realizar una gira por China para reunirse con su par, Xi Jinping. En la agenda se encuentran como temas sobresalientes la confirmación de los acuerdos firmados por el kirchnerismo, y avanzar en las tratativas para permitir que los asiáticos instalen dos plantas nucleares en suelo Argentino.

ISRAEL: AGENTES DEL MOSSAD, MOCHILEROS SOLDADOS Y EL MACRISMO COMO “SOCIO DE CONFIANZA”

En la actualidad, distintas fuentes castrenses nacionales afirman que hay al menos 800 agentes del Mossad israelí en Argentina, una presencia descomunal, pero que tiene su explicación por dos factores: en primer término, somos el país con la tercera o cuarta colonia de activistas sionistas más grande del planeta, sólo superada por la propia Israel y por los Estados Unidos, y se discute al día de hoy si Francia tiene más cantidad o no. En segundo lugar, la propagación del servicio de inteligencia israelí aumentó de la mano del ex gobernador tucumano José Alperovich, que se encargó de traer a numerosos hombres y mujeres del Mossad para su protección y para crear una red de espionaje interno como nunca se vio en aquella provincia. Para ello, a través del Decreto 344/1 de noviembre de 2003, Alperovich contrató en forma directa a la corporación Security and Intelligence Advising (SIA), cuyos “Cuarteles Centrales” (así los denomina la propia empresa en su pagina oficial siacorp.com) están situados en Tel Aviv. En Buenos Aires se instalaron en el barrio de Villa Crespo, en la calle Gurruchaga 440.

El accionar del Mossad fue tan violento en Tucumán que el tema incluso llegó a los estrados judiciales, ya que el dirigente peronista tucumano Enrique Romero denunció ante la Justicia Federal en 2012 que “desde 2003 el Ministerio de Seguridad realiza tareas de inteligencia, espionaje y persecución sobre empresarios, gremialistas y dirigentes sociales y políticos”, y agregó luego que para ello utilizaba los servicios de la SIA, a la cual definio como “una organización paramilitar internacional conformada por agentes del Mossad (el Servicio Secreto del Estado Israelí)”. Esta demanda fue acompañada luego por José Manuel Cano, entonces presidente de la UCR distrital y actual ministro del Plan Belgrano. En 2015, Romero amplió la información en la causa y aportó como nuevos datos que el plan de escuchas ilegales fue coordinado por Jaime Salamon, que era ni más ni menos que el titular de la DAIA Tucumán, y por el diputado del Frente Para la Victoria Isaac Benjamín Broomberg, primo de Alperovich. A pesar de la contundencia de las evidencias aportadas, aún no hay novedades concretas en el avance de las investigaciones.

Mientras en Tucumán los agentes israelíes hicieron base, en la Patagonia se registran visitas de “mochileros” sionistas desde hace décadas. En la década del ’80, cuando el Nacionalismo denunció estas anómalas presencias, los medios de prensa del sistema calificaban de “paranoicas” las sospechas, pero las cosas cambiaron. Este año, en una entrevista concedida a la Agencia Judía de Noticias (prensajudia.com) el cónsul de la embajada de Israel en Argentina, Giora Loterstein, dijo textualmente: “Los israelíes llegan aquí en miles. Y como prueba de ello se puede citar la cena de Pascuas que organizó Jabad en el Llao Llao en 2009, que recibió la cantidad de mochileros más grande del mundo, más que Tailandia, el lugar que más recibía históricamente, pero ese año quedó superada por Argentina”. Luego, el funcionario destacó que los destinos favoritos son “El Calafate (Santa Cruz), Ushuaia (Tierra del Fuego) y Bariloche (Río Negro)”. Giora aclaró que su padre nació en Rosario y fue presidente de la Sociedad Hebraica de esa ciudad, pero como era “un sionista puro” se fue a vivir a Israel, donde se sumó activamente a las Fuerzas Armadas de aquel régimen que usurpa los territorios Palestinos.

El fenómeno no sólo ocurre del lado patagónico argentino, sino que se repite del lado chileno. De hecho, en un artículo muy interesante publicado por el diario El Mercurio el 11 de marzo del corriente, titulado “Alza de visitantes israelíes en la Patagonia los convierte en segunda mayoría de extranjeros en Aysén”, se señala que este año la llegada de los sionistas subió un 48% con relación al año pasado. En esa nota se recoge el testimonio de Teresa Ormeño, dueña de la posada “El Ventisquero” de la localidad chilena de Puyuhuapi, quien le explicó al matutino trasandino: “Muchos llegan desde Bariloche y El Calafate. La mayoría son muy jóvenes, recién salidos del servicio militar”. Según El Mercurio, a los grupos se los reconoce rápidamente por ser cerrados, no exceder los 6 integrantes y mostrar una fuerte propensión al “regateo de precios”.

Un dato para nada menor es que los viajes son costeados enteramente por el régimen israelí. Según explicó al portal informativo ElMostrador.cl el dirigente Mario Matus, doctor en Historia en el Centro de Estudios Judaicos (CEJ) de la Universidad de Chile, a los conscriptos sionistas se les paga el traslado y estadía en la Patagonia “en el marco de un programa de rehabilitación y de terapia por haber pasado por un período de tres años de estrés permanente”. No existen informes argentinos, pero el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de Chile sí hace reportes oficiales que indican que a la Patagonia llegan anualmente un promedio de 8.000 y 9.000 “turistas” israelíes.

¿La presencia de tantos mochileros-militares es inocente? ¿Vienen al Sur simplemente por turismo? En Argentina está prácticamente vedado cualquier análisis al respecto, pero no así en Chile. El Senador Eugenio Tuma Zedan en el año 2013 se cansó del silencio impuesto y en una entrevista con la CNN explicó: “Estas visitas permanentes de conscriptos israelíes en mi opinión, no solamente vienen a turistear”. Luego añadió: “Existe un convenio de libre tránsito para conscriptos israelíes, que vienen en varios miles, cerca de siete u ocho mil anualmente, visitan la zona de Torres del Paine y visitan la zona austral no solamente con el tema del turismo, sino haciendo cartografía”, para finalmente advertir que cada vez que se intentó tratar el tema en el Congreso chileno “ellos (los israelíes) levantan la bandera del antisemitismo, que habría una siembra de odio y estas cosas que están acostumbrados a realizar: son los campeones de la victimización”. A estas palabras se sumó rápidamente el Diputado Fuad Chanin, de la Democracia Cristiana. El tema se instaló brevemente en la sociedad chilena, aunque fue súbitamente censurado por los monopolios mediáticos.

Por último, no son pocos los que apuntan a que son esos sionistas los que provocan los enormes incendios que periódicamente devoran miles de hectáreas de los bosques de la zona, y recuerdan como antecedente directo el caso del gravísimo siniestro registrado el 27 de diciembre de 2011 en el Parque Nacional Torres de Paine de Chile, el cual fue iniciado por el militar israelí Rotem Singer, quien ingresó ilegalmente al predio junto a otros compañeros suyos y desató la tragedia prendiéndole fuego a rollos de papel higiénico que luego arrojaron contra los árboles. La Corte Suprema chilena emitió en agosto de 2015 una condena, donde dio por probada la participación de Singer en los hechos y le impuso una fuerte condena económica.

Ahora bien, ¿la presencia israelí se limita sólo a los acuerdos de Alperovich y a la sospechosa oleada de militares por las tierras patagónicas? No. El macrismo es el gran aliado político del régimen sionista. Cuando Cambiemos se impuso en el balotage del 22 de noviembre del año pasado, el periodista Damian Patcher, actualmente “exiliado” en Tel Aviv por haber divulgado la sorprendente primicia de la muerte del fiscal Alberto Nisman, escribió un entusiasta artículo festejando el ascenso de Mauricio Macri. En esa nota, Patcher destacó: “Patricia Bullrich, ministro de seguridad recién designada, será la responsable de un enfoque más cooperativo con el Estado judío basado en intereses mutuos y la guerra contra el terror. Ella era parte de un grupo pro-israelí de congresistas llamados ‘Amigos de Israel». Luego concluye: Lo más seguro es que la actual administración en Jerusalén ha encontrado un socio de confianza en la región. Sin embargo, sólo el tiempo dirá si hay algo nuevo bajo el sol”.

Patcher nuevamente mostró su capacidad para anticipar las noticias, o por lo menos cierto tipo de noticias. En enero Mauricio Macri se reunió en el Foro de Davos con Netanyahu, el actual jefe del régimen de ocupación sionista, donde se comprometió a fortalecer lazos. Eso se tradujo en la realización de una “Conferencia de Seguridad Interna”, organizada por el Ministerio de Seguridad de Bullrich y la embajada israelí, en la cual intervinieron como oradores Bullrich, la embajadora sionista Dorit Shavit y el general de división israelí Uzi Moskovitz. Este último no llegó solo, sino que vino acompañado por los directores de 16 corporaciones del régimen que arribaron para negociar la compra argentina de sistemas de comunicación, drones, software de seguridad informática e incluso armas, todas las cuales tendrán, por supuesto, el “control y asesoramiento” de expertos sionistas. Es decir, el mismo proyecto que implementó Alperovich en Tucumán, solo que armado a escala nacional.

INGLATERRA: ENCLAVE MALVINAS, EL AEROPUERTO DE LEWIS Y LA AMENAZA ANTARTICA

Inglaterra tiene en nuestro territorio su base militar más importante en América: Las Islas Malvinas. Allí, mantiene un contingente de soldados que oficialmente se estima en 1.200 efectivos, aunque fuentes privadas sostienen que ascendería a 3.000 uniformados, sin contar a los kelpers, que operan como fuerza colaboracionista en cualquier conflicto con Argentina. Además, se instalaron sistemas misilísticos Rapier, de largo alcance, y cuenta con al menos 4 aviones jet Typhoon, más la nave de patrullaje HMS Clyde. En las islas los británicos crearon una red de hangares subterráneos donde guardan arsenales y equipos para evitar que posibles ataques en la superficie inutilicen su capacidad de combate en forma definitiva, como ocurrió en 1982.

Por otra parte, en las islas Georgias hay otra base militar más pequeña pero estratégica, donde los ingleses instalaron el centro de comando de la Fuerza de Tareas del Atlántico Sur. La cantidad real de tropas que hay en el lugar no está determinada, pero sí se sabe que hay otras naves de la Royal Marine que se movilizan frecuentemente entre Georgias, Malvinas y la Antártida. Con relación a la Antartida, justamente desde las Georgias la empresa British Antartic Survey se encarga de cubrir logísticamente a las instalaciones anglosajonas en el continente blanco. Actualmente, la Unión Europea declara a estas bases como “territorios europeos de ultramar”, vulnerando abiertamente la soberanía argentina. Por el momento, nuestros gobiernos no han adoptado ningún tipo de medida ante esta afrenta.

Uno de los grandes problemas que tienen los usurpadores es el abastecimiento. Con el kirchnerismo se terminaron prohibiendo los vuelos de aprovisionamiento, pero todo fue un acto demagógico, ya que en los hechos los isleños siguieron contando con toda la ayuda material que les llega directamente desde el aeropuerto del multimillonario Charles Lewis ubicado en la provincia de Río Negro.

La pista de Lewis se construyó a fines de 2007 y en tiempo récord: dos meses. Tiene el tamaño de Aeroparque y está situada en Bahía Dorada, justo sobre el estratégico paralelo 42. La novedad no pasó desapercibida para los patagónicos, y la entonces diputada provincial por el ARI, Magdalena Odarda, intentó detener las obras enviándole cartas a la entonces ministra de Defensa, Nilda Garré, y hablando ante los medios. Odarda explicaba: “Con el tema este de ubicar un aeropuerto en una zona estratégica, te digo que los que primero van a reaccionar y sorprenderse son los Veteranos de Malvinas, porque es un aeropuerto en manos de ingleses. No es broma. Está ubicado en el paralelo 42, allí compran cinco mil hectáreas de campo sobre la costa de mar y allí se está construyendo una pista y nadie lo está deteniendo. Es en la zona protegida de Puerto Lobos, Provincia de Río Negro pero casi en el límite con Chubut”.

Ante las denuncias, Garré ordenó a la cúpula de Fuerza Aérea que conteste, y la respuesta oficial fue la siguiente: “La ubicación, construcción, puesta en marcha y uso del aeropuerto están conforme a derecho, habiéndose controlado para su habilitación, el efectivo cumplimiento de toda la legislación vigente en el país». En otras palabras, el kirchnerismo les garantizó a los británicos un salvoconducto para poder sostener su abastecimiento.

Desde la agencia OPI Santa Cruz, una de las pioneras en las denuncias de hechos de corrupción, sistemáticamente se difundió que los ingleses hacían vuelos semanales desde el aeropuerto de Lewis, y que incluso viajaba personal militar británico en ellos. Nuevamente, la Casa Rosada hizo silencio absoluto.

El kirchnerismo encubrió a Lewis, aunque sin hablar públicamente del tema. Mauricio Macri, por su parte, resultó ser socio y amigo personal del millonario británico. Para sorpresa de muchos, el presidente llevó a su familia a pasar Semana Santa a la estancia de Lewis en Lago Escondido, Río Negro, a donde llegó trasladado en un helicóptero puesto por el propio inglés. Allí, significativamente, el mandatario preparó los detalles de su encuentro con Barack Obama, y tengamos muy presente este hecho por lo que a continuación se expondrá.

LAS NUEVAS BASES DE EE.UU. EN MISIONES Y TIERRA DEL FUEGO

El 24 de marzo de este año Macri cerró un acuerdo con el presidente de Estados Unidos. Su contenido no trascendió hasta la última quincena de mayo, cuando se supo que la Argentina aceptó la instalación de dos bases norteamericanas, una en Tierra del Fuego y otra en Misiones.

La primera etapa, la base fueguina, se terminó de diseñar en Washington. El 14 de mayo arribó a la capital estadounidense una delegación del Ministerio de Defensa argentino encabezada por Ángel Tello, viceministro de esa cartera, y Walter Ceballos, secretario de Servicios Logísticos. Fueron recibidos por Rebecca Chávez, subsecretaria adjunta de Defensa para Asuntos del Hemisferio Occidental, quien los condujo al Pentágono. Al culminar los encuentros, Tello le dio la primicia al diario La Nación: “Queremos que la ciudad de Ushuaia se convierta en una base logística para apoyar las tareas científicas en la Antártida”.

La llegada de los norteamericanos a Ushuaia no es anecdotica, ya que fortalecerá la posición inglesa en la zona. La base permitirá una triangulación con los énclaves de Malvinas/Georgias y las plataformas en la Antártida, dándoles a los anglosajones un control total.

Por otro lado, el desembarco en Misiones se produciría en la estratégica ciudad de Puerto Iguazú, que tiene acceso directo a la Triple Frontera. En principio, la excusa sería la “cooperación bilateral en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado”, un ítem que forma parte de los convenios abordados por Macri y Obama en marzo.

Con relación a la Causa Malvinas, la claudicación del macrismo, que empezó en el Foro de Davos y que mereció el absoluto rechazo del Nacionalismo Argentino, quedó totalmente transparentada en las últimas semanas. El 18 de mayo, la canciller Malcorra le dio una extensa entrevista al diario británico The Financial Times, en la que declaró: “Malvinas ya no es un tema principal con Gran Bretaña. Una de las cosas que yo quiero resaltar es que, hoy por hoy, no hay ningún impedimento por parte de la Argentina en que los isleños tengan autorización para viajar y para volar en cualquier momento que necesiten, particularmente si hay una emergencia”.

ARGENTINA INDEFENSA: REDUCCION DE LAS FUERZAS ARMADAS

Durante la campaña electoral del año pasado, distintos sectores castrenses apostaron al apoyo de la candidatura de Mauricio Macri, sosteniendo que bajo su gobierno las FF.AA. se verían fortalecidas con mayor presupuesto y equipamiento, e incluso con la posibilidad del retorno del Servicio Militar Obligatorio. También se afirmaba que los presos políticos serían beneficiados con prisión domiciliaria, o bien directamente puestos en libertad.

El encargado de echar por tierra con estos anhelos fue Angel Tello, el mismo funcionario que en mayo terminó de sellar el acuerdo de la base estadounidense en Tierra del Fuego. El 15 de marzo firmó un memo oficial dirigido a todas las jefaturas de las FF.AA., en el que indico lo siguiente:

– Se jubilará a todos los oficiales y suboficiales en actividad con 35 años de servicio cumplidos, sin importar el puesto que ocupen actualmente. Esto implica, en los hechos, eliminar a los últimos militares que tuvieron participación en la Guerra de Malvinas;

– Se reducirá al mínimo indispensable al personal en actividad, especialmente en Marina, donde Tello sostiene que “la cantidad de personal innecesario es exorbitante”. Resulta llamativa la intención de desmembrar con tanto énfasis a la Marina al mismo tiempo que se da lugar al fortalecimiento de bases marítimas inglesas y estadounidenses;

– Se hará un listado de todas las propiedades de las FF.AA., y las que no sean consideradas “útiles” se venderán.

A nivel presupuestario, los informes de las distintas Fuerzas advierten que el dinero destinado por Macri al área “sólo alcanza para pagar los sueldos”. Argentina no tiene aviones de combate, buques de guerra ni arsenales suficientes, pero el gobierno estima que esos son “gastos supérfluos”. Un ejemplo de la falta de interés en invertir en Defensa ocurrió el 2 de mayo, cuando Rusia le ofreció al país la venta de un lote de helicópteros MI 171, necesarios para sostener las campañas antárticas. Moscú hizo esa propuesta luego de ver que los argentinos le alquilan todos los años aeronaves, y consideró que era ilógico hacer tal negocio si podíamos comprarlas en forma directa. ¿Cuál era el costo de cada helicóptero completo? 10 millones de dólares. ¿Cuál fue la respuesta de la Casa Rosada? “No hay presupuesto para eso”. Curiosa contestación, luego de que sí hubo presupuesto para pagarle 9.350 millones de dólares a los fondos buitres.

Los datos negativos siguen multiplicándose por doquier. Por la falta de aviones y equipos de entrenamiento, la Aviación Naval sólo pudo lograr el egreso de 4 pilotos en 2014 y de 2 en 2015. La Fuerza Aérea, por su parte, directamente no tiene material de vuelo y las prácticas obligatorias están demoradas por lapsos de hasta 3 años, por lo que los jóvenes oficiales son derivados en el mientras tanto a otras tareas, fundamentalmente a la capacitación teórica. Todo esto da como resultado que la Argentina no cuenta con pilotos de tareas suficientes. En el marco de este panorama, resultó absurdo que el macrismo haya promovido la sanción de la “Ley de Derribo” para combatir al narcotráfico en la frontera, si no hay con qué derribar a las naves de la droga.

En el arma de Caballería del Ejército la situación es peor. Los tanques disponibles en su enorme mayoría no funcionan, y los mecánicos argentinos ya no saben cómo hacer para mantenerlos. En noviembre de 2015 el entonces ministro de Defensa, Agustín Rossi, firmó un acuerdo con el Departamento de Asistencia Exterior y Exportaciones del Ministerio de Defensa de Israel (SIBAT), para que los sionistas reparasen 74 modelos del TAM (Tanque Argentino Mediano). El costo de la operación fue de 111 millones de dólares. Los israelíes, fieles a su falta de respeto, se burlaron del TAM, y el diario Haaretz publicó un artículo titulado “¿Por qué Israel está reparando armamento decrépito argentino?”, donde tildaron a nuestras unidades de “chatarra”.

Con relación a los presos políticos, su situación es muy similar a la que tuvieron que vivir bajo el kirchnerismo. El gobierno de Cambiemos mantiene oficialmente la postura de avanzar con los juicios contra los militares sin investigar los crímenes cometidos por la subversión en los años ’70.

SE NECESITA EL REARME MATERIAL Y ESPIRITUAL DE LA ARGENTINA

Frente a este cuadro de situación, es evidente que el macrismo es la continuación de la política de entrega que ejecutaron sus predecesores. Sin embargo, a raíz de los fluídos contactos del presidente y su entorno con los grupos de poder mundial, el proceso de colonización está acelerándose a pasos agigantados. La respuesta política que debe darse es el Nacionalismo, que en estos tiempos difíciles surge como la única alternativa que tiene la voluntad de quebrar el servilismo y sanear a la Argentina, y particularmente el Partido Bandera Vecinal, la única fuerza electoral vigente que ha quedado en el sector.

Nuestro Líder Kalki, siempre ha sido muy claro en cuanto a la determinación de la defensa de nuestra soberanía y de nuestro territorio, y es por eso que entre las principales propuestas del partido se encuentra la titulada “Rearme material y espiritual de la Argentina”, que dice textualmente: “Sostenemos que la Argentina debe rearmarse material y espiritualmente. No hay más lugar para la estigmatización de nuestras Fuerzas Armadas y Fuerzas de Seguridad, las cuales deben ser revalorizadas en su papel fundamental para la defensa de la seguridad interna y externa de la Nación. Proponemos la reinstauración del Servicio Militar Obligatorio, con una orientación de formación social y laboral para nuestra juventud”.

Maliciosamente, ciertos sectores pretenden atribuirle a esta propuesta un espíritu belicista, cuando en verdad no es así. El Nacionalismo comprende que el problema de la Argentina no es la falta de espacio vital, sino precisamente el hecho de que lo posee en demasía, y que actualmente no tiene los recursos necesarios para protegerlo. Es por eso que las potencias campean impúdicamente nuestro suelo, ante la mirada cómplice de los sucesivos presidentes. Entonces, el programa del Patriotismo no propone agredir a nadie, por el contrario, sostiene que hay que defender lo que ya es nuestro, y hacerlo bajo el Imperio de la Ley, con la Constitución en la mano y el orgullo de ser Argentinos en el corazón.

Argentina debe Despertar, o las potencias del Nuevo Orden Mundial la harán desaparecer definitivamente. De nosotros depende.

Por Equipo de Investigaciones Especiales “Alfredo Guereño”
Artículo publicado en el Periódico Bandera Nº 9 (Junio 2016)